Desde mucho antes de la llegada del coronavirus, los pobladores llevamos décadas lidiando con empleos tremendamente precarizados, conviviendo día a día con la angustia de la deuda y la cesantía, con nuestras familias viviendo en condiciones de hacinamiento extremo, en viviendas donde el frío y la lluvia se cuelan mucho más rápido que el virus. Todas estas condiciones se han visto agravadas con esta crisis sanitaria, que ha sido aprovechada por el gran empresariado como la excusa perfecta para reducir aún más nuestros ingresos, golpeando nuestros hogares e instalando el hambre como una carga más sobre los pobladores, como una carga más que pesa sobre los trabajadores de Chile, como un dolor más que pena sobre quienes producimos la riqueza del país.
Frente a las duras condiciones que hoy golpean a nuestra gente, nosotros, como Fuerza Pobladora de Chile, debemos denunciar la vergonzosa actitud que han asumido las autoridades y la clase política de todos los sectores, farandulizado las ollas comunes en cada matinal de televisión y sacando provecho electoral a costa del sufrimiento de las familias pobladoras. Los mismos que impusieron a sangre y fuego el sistema de AFP y que lo han mantenido, mientras gozan de pensiones vitalicias; los mismos que han promovido la suspensión de contratos para proteger a las empresas, mientras le niegan el sueldo a miles de trabajadores; los mismos que han administrado todo este sistema de injusticia y precariedad durante décadas, hoy se hacen los “lindos” entregando un plato de comida esporádico o regalando unos cuantos paquetes de tallarines , mientras siguen haciendo la vista gorda frente a todos los problemas de fondo que han derrumbado nuestros sueños de tener una vida plena y digna.
Serán esos mismos, los que siempre han defendido y se han aprovechado de este sistema injusto, quienes querrán dictar pautas y normas de comportamiento, llamando a la calma y la paciencia. Calma y paciencia podrán tener ellos, que no tienen que ver a sus padres mendigando una cama en un hospital, o a sus niños capeando el frío en la eterna espera por atención médica.
¿Cómo vamos a tener paciencia, al ver cómo, en plena crisis sanitaria, los pobladores seguimos postergados, sin atención ni controles oportunos, con nuestros familiares sufriendo y muriendo en los pasillos o dentro de una ambulancia a la espera de una camilla? ¿Cómo no vamos a decidirnos a salir a las calles sin permiso y a protestar, cuando los alcaldes desfilan en televisión y redes sociales haciendo alarde de tal o cual “ayuda” a una que otra olla común, mientras guardan silencio y permiten que los consultorios sigan sin medicamentos, sin médicos, sin personal. Nosotros sabemos bien adónde irán a parar los recursos que hacen falta y nunca llegan para garantizar las condiciones de salud de nuestra gente. Sabemos bien que mientras faltan recursos para atender a nuestros niños, a nuestros adultos mayores, a nuestros enfermos, se gastarán miles de millones en las próximas campañas electorales, paseando y desfilando, prometiendo y comprando votos. Ahí levantarán todas las restricciones para que salgamos todos a la calle, a participar de su circo electoral, para seguir mintiendo y engañando, para seguir mandando ellos.
Ante la evidencia de esta crisis, que sólo golpea al pueblo, no aceptaremos acuerdos ni trampas de ningún tipo, fraguados precisamente para contener la fuerza del pueblo. Ante este sistema que defiende la riqueza de unos pocos mientras nos niega la vida a la mayoría, no aceptaremos plebiscitos truchos, que se visten de “democráticos” pero siempre terminan reforzando el poder de la minoría.
Nuestra vida digna no la conquistaremos con ningún voto, plebiscito o promesa constitucional. Y como dicen por ahí, votando no cambiamos nada; sólo con lucha y solidaridad popular, los pobladores venceremos este sistema injusto y desigual.
Con la fuerza de miles Fuerza Pobladora de Chile