Ante la farsa constitucional, rebeldía poblacional

Octubre
12
2020

Los acontecimientos del 18 de octubre pasado, solo mostraron la fuerza que tiene un pueblo que se moviliza y protesta, pero aún no es representativo de un pueblo organizado. Porque las ollas comunes que han proliferado en esta pandemia y crisis social, son la expresión solidaria, siempre presente con nuestros vecinos, como cuando fallece alguien, se incendia una casa o se enferma un vecino, ahí estamos siempre apoyándonos de una u otra forma, en la colecta, el bingo o la ayuda silenciosa.

Pero para terminar con las injusticias de siempre debemos ir más allá, debemos organizarnos. La organización es la herramienta que nos permitirá el día de mañana hacer uso de esa enorme fuerza del estallido social, para terminar con las injusticias que vivimos a diario en nuestras poblaciones y el pueblo en general.

Cuando hablamos de organización nos referimos a planificar, reunirnos, destinar tiempo, reflexionar, aprender, debatir, ser honestos. Pero, sobre todo, desarrollar la participación y protagonismo de nuestros vecinos.

La participación, porque siempre trabajamos para toda la población, propiciando que nuestros vecinos se sumen abiertamente a la organización. Con trabajo eso sí, porque si bien valoramos mucho los aportes y colaboraciones que dan muchos de nuestros vecinos, la organización requiere de la participación activa, destinar tiempo y esfuerzo por nuestros vecinos y siempre invitarlos a que se sumen.

La participación debe ir acompañada siempre del protagonismo. El protagonismo significa para nosotros que nuestros vecinos, la población, el pueblo son lo más importante, por lo tanto, no cabe espacio para politiqueros, de ningún tipo, de derecha o progresistas, ellos siempre miran hacia sus acomodados intereses y jamás hacia los del pueblo.

Así nace el poder de nuestra gente, en la organización, cuando participamos y somos protagonistas, ese es el ejercicio que nos permite generar cambios de verdad, cuando trabajamos, decidimos y es nuestra gente, nuestros niños, jóvenes, adultos y abuelitos los que están al centro.

En el estallido protestamos contra las pensiones indignas, salud miserable, sueldos de hambre, hacinamiento y mal estado de las viviendas, suma y sigue, pero ellos, los politiqueros, pusieron la constitución y el plebiscito en la palestra, para que nuevamente los problemas del pueblo quedaran olvidados, y engañando a nuestros vecinos, inventaron el paso a paso, para llevarnos a votar, cuando nos hacían pedir permiso para poder salir a trabajar.

Por eso estamos aquí hoy trabajando, levantando y multiplicando la organización de los pobladores y del pueblo, porque es la única forma que nos permitirá lograr cambios verdaderos, cuando gobierne el pueblo.

Por eso, frente al plebiscito decimos YO NO VOTO ME ORGANIZO, porque no les compramos y porque la única alternativa real para el pueblo, es el mismo pueblo, con nuestra propia fuerza y organización.