En esta primera semana ya queda claro la naturaleza de este engaño: nos venden diferencias y simbolismos de diversidad y cambio, cuando al final todos se cuadran con la misma institucionalidad a la cual dicen enfrentar. Hasta los mismos procedimientos iniciales para la elección de la mesa directiva tuvieron su show mediático propio, todo bien televisado, mostrando una falsa disputa cuando todo respondía a la misma lógica de acuerdos por arriba, ya negociados de antemano, diseñados para dar la imagen de una vocería multicultural y pluralista, incluyendo la ampliación posterior de la directiva para lograr el acomodo de las otras facciones representativas del nuevo arcoíris político.
Bajo esta escenificación nos prometen un estado plurinacional e inclusivo, cómo si en la diversidad se jugará los problemas de los pobres, cuando somos nosotros los primeros en reconocernos como iguales, frente a la exclusión y discriminación que los ricos tienen como principio. Nos plantean además el aseguramiento de derechos sociales, pero sin tocar el sistema socioeconómico y el poder del empresariado, el cual no nos permite vivir dignamente.
Nos dicen que los mismos políticos que gobiernan para una minoría, cambiarán las cosas, eliminarán sus privilegios y nos traerán la dignidad a través de un par de leyes y declaraciones de buenas intenciones.
Nos dicen también que el pueblo redactará su propia constitución, representados por los mismos de siempre vestidos con nuevos trajes y maquillajes. Dentro de este mismo engaño otros se autocalifican como verdaderos representantes del pueblo bajo la etiqueta de independientes, utilizando con oportunismo el descontento de nuestra gente para llevar agua a su molino y no quedar debajo de las próximas negociaciones electoreras. Nada más lejos de la participación y de la manifestación de un poder del pueblo, cuando se nos reduce a un voto, a una falsa representatividad y se nos relega a ser meros espectadores de las negociaciones para retocar su modelo de injusticia y desigualdad. Esto nos reafirma una vez más que los pobladores y el pueblo no tienen delegados ni cabida en este proceso constitucional.
Por que no podemos seguir esperando que quienes nos han quitado todo nos entreguen alguna migaja de esa dignidad de la que hemos sido históricamente despojados, como Fuerza Pobladora reafirmamos nuestro compromiso de una pelea sin tregua por una vida digna y hacemos un llamado a los pobladores de Chile a pasar a la ofensiva:
CON LA FUERZA DE MILES
FUERZA POBLADORA DE CHILE