Las crisis históricamente las ha pagado el pueblo y nuestro presente no ha logrado aún torcer esa realidad, a la seguidilla de muertes, restricciones y carencias en pleno aún escenario de pandemia, hemos tenido que enfrentar estos meses alzas grotescas e indolentes, frente a la situación económica y social que atravesamos la mayoría en este país.

Frente a las recurrentes alzas, que suman y siguen cada día, los expertos han dado miles de excusas, todas sustentadas solapadamente en como funciona realmente este sistema capitalista y como el neoliberalismo en términos de expectativas, hace agua tras décadas de promesas incumplidas. Al final el asunto para los que hoy tienen el poder es asegurarle las riquezas a los de siempre y cargarles las consecuencias a los pobladores.

Lo cierto es que, mientras nosotros juntamos cada peso para mantener a nuestras familias, mientras enfrentamos la cesantía o retornamos a los acostumbrados trabajos mal pagados y con horas extenuantes que nos quitan día a día el desarrollo pleno de nuestra vida; los Presidentes, los honorables, los convencionales y cuanto alcalde de moda, llenan la farándula y redes sociales, creando un ambiente de que aquí todo esta pasando, que la democracia vuelve a brillar en paz, en esa paz que solo sirve para que los empresarios abulten sus riquezas, mientras nosotros enfrentamos el Chile que resiste una vez más, acallado por la esperanza que congela y por la ideas dominantes que todos estos poderosos logran instalar como supuestas “verdades”.