En abril, en el segundo Comité Nacional, se definió un plan de agitación y movilización por las demandas del pueblo frente a un nuevo gobierno y un proceso constituyente cuyas tareas serían allanar el camino para que los dueños del poder y las riquezas pudiesen recomponer y relegitimar su institucionalidad política, todo muy lejos de las necesidades e intereses populares.
Esto se tradujo en una campaña de denuncia y agitación, “álzate contra las alzas”, y el impulso por las demandas de los pobladores, como forma de presionar y generar cambios reales y concretos, frente a un gobierno que pide paciencia, mientras gobierna para mantener tranquilo el bolsillo del empresariado.
En este Comité Nacional de julio, como primer punto, se evaluaron los avances en visibilidad y protagonismo de la Fuerza Pobladora de Chile para plantear una alternativa frente a un escenario donde los pobladores no tienen una voz política. Se define que queda mucho camino por avanzar, y se plantea la urgencia de ampliar el alcance de nuestro discurso, llegar a cada población, a cada vecino y a más sectores populares, multiplicando las tareas de agitación y propaganda.
Como segundo punto, se analizó la coyuntura constituyente en su actual fase, dando cuenta de que mientras al pueblo se le plantean como opciones antagónicas el apruebo y el rechazo, detrás de escena, la elite política y empresarial, define un nuevo acuerdo político, para resolver el dilema de un proceso constituyente no logró ni la más mínima legitimidad popular. Queda claro que sea cual sea el resultado, estos mismos terminarán ajustado el contenido a su antojo. Lo que buscan, es definir el camino (apruebo o rechazo) más adecuado y factible para que su plan de recuperar la estabilidad institucional para los negocios de los más ricos se lleve a cabo.
Frente a esto, el Comité Nacional en pleno definió que el camino del pueblo está fuera de esta falsa dicotomía, y decidió llamar a NO VOTAR en el plebiscito del 4 de septiembre, para lo cual define la necesidad de difundir nuestra posición, discutirla en las poblaciones del país. Se definió que nuestra política frente a esta falsa disyuntiva de los poderosos, los pobladores, será impulsar con más fuerza la movilización por nuestras justas demandas, ya que el camino de la organización, de la conciencia y la lucha traerá muchos más resultados que el ilusionismo constituyente que los de arriba intentan imponerle al pueblo.
Por último, se ratificó nuestra línea de denuncia, agitación y movilización por las demandas del pueblo, avanzando hacia la constitución de una plataforma con 6 demandas fundamentales, así como la preparación de un cuerpo de dirigentes populares que apoye el impulso de lucha que hoy se despliega en distintas poblaciones del país.