Declaración de Rinconada: A Luchar por Habitar Dignamente la Ciudad

Marzo
15
2023

PRIMERO: El problema de la falta de vivienda y del habitar digno para los pobres de nuestro país no es un asunto de este gobierno o del pasado, es un problema que se arrastra desde muchos años atrás. Al igual que nuestras familias, nuestros padres y nuestros abuelos han luchado por tener un pedazo de tierra y un techo donde vivir, construyendo sus casas a pulso con su propia habilidad y levantando con organización, la mayoría de las poblaciones de nuestro país frente al abandono y desamparo del Estado. En décadas a los pobladores se nos ha mantenido en la pobreza y la marginación, donde la falta de casa y de techo no ha estado ni cerca de ser resuelta por este sistema que sólo nos ofrece bajos sueldos, cesantía y precariedad.  El resultado ha sido barrios populares empobrecidos, campamentos y tomas de terreno, amontonados en las periferias de la ciudad, en los cerros, quebradas y a la orilla de ríos, con falta de conectividad y acceso a servicios básicos.

SEGUNDO: La vivienda del pueblo no es una prioridad para este sistema, menos un asunto de necesidad humana. Antes que eso es un negocio donde los grandes beneficiarios son las constructoras, la banca, los dueños de terrenos, las ONG, y un sinfín de empresas que buscan sacar una tajada al pedazo de torta en que se han transformado los subsidios del Estado. En este festín parecen ganar todos, menos los pobladores del país.

TERCERO: Este injusto panorama se ha radicalizado los últimos años como consecuencia de un problema estructural del sistema. Lo que la casta de politiqueros, académicos y medios de comunicación llaman “emergencia habitacional” como si fuese algo coyuntural, o un asunto de estadísticas y números contingentes, es la acumulación de años y años de políticas habitacionales ineficaces, indignas, centradas en dar lo mínimo a los pobres, y asegurar las ganancias de unos pocos privilegiados. Es el resultado de la indolencia y el desamparo del Estado.

CUARTO: La respuesta de este gobierno, denominada “Plan de Emergencia Habitacional” no es más que otro engaño de políticos y empresarios. No es un real “plan de emergencia”, el rejunte de programas y proyectos ya existentes, y cuyo triste resultado conocemos muy bien los pobladores sin techo; no es un “plan de emergencia” el sumar como logros la entrega de soluciones habitacionales que ya estaban resultas hace 5, 10 e incluso 15 años atrás, y que dada la ineficiencia del sistema recién hoy se entregan a los pobladores. No hay “plan de emergencia” si las promesas ni siquiera tienen avances mínimos: no hay bancos de suelos, no hay planes de habilitación y cambio de uso de suelos, no hay mayor agilidad para encausar subsidios y proyectos habitacionales, no hay mayor inversión y gasto público.

QUINTO: Es un asunto de justicia y de condición humana el que cada persona y cada familia pobladora tenga una vivienda. Por el hecho de ser una necesidad social básica y prioritaria, todos sin excepción deben tener acceso a una vivienda digna y adecuada. El fin es vivir en un país donde podamos decir que cualquier vecino, por el hecho de ser persona, no pase por la necesidad de que le falte un techo donde vivir. Debemos luchar por vivir en una sociedad donde cada familia, donde todo hombre y mujer de nuestro país, por el hecho de ser humano, tenga el derecho a que la sociedad le dé una casa para construir dignamente su hogar. Por tanto, no podemos permitir que existan filtros arbitrarios para que las personas puedan acceder a algo que es justo que se tenga.

SEXTO: Pero todo poblador debe acceder a una vivienda por el mérito mucho más grande de entregar su esfuerzo y su trabajo para echar a andar este país. Y lo que pasa es lo contrario, el pueblo trabaja toda la vida y no tiene vivienda, no tiene salud, no tiene educación. Las viviendas que construye el pueblo, y de las cuales no se beneficia; las calles, luminarias, y plazas de calidad, centros comunitarios, clínicas, escuelas de excelencia, avenidas y carreteras, que crea el pueblo y a las cuales no puede acceder, son el fruto del trabajo de la mayoría popular, y los pobladores y toda la sociedad se deben beneficiar de forma igualitaria. Por eso debemos extirpar de raíz la idea de que los pobladores queremos nuestras casas gratis, ya que es necesario y justo dado que la riqueza social que hoy acumulan unos pocos, la generamos nosotros y nadie más que nosotros.

SEPTIMO: Por esta razón, los pobladores y organizaciones populares organizadas en la fuerza pobladora de chile decimos que las metas son claras: 1) No debe haber ninguna persona ni familia sin casa; 2) Se debe llevar a cero el porcentaje de hogares con hacinamiento; 3) Se debe reducir a cero el porcentaje de viviendas precarias y con mala calidad material.

OCTAVO: y para lograr estas metas luchamos con dignidad por lo justo:

  1. El Estado debe asumir el rol protagónico en las soluciones y los pobladores y sus organizaciones de lucha encauzar las demandas y propuestas populares. Con real protagonismo y participación definirán, administrarán y controlarán el desarrollo de las soluciones habitacionales.
  2. El Estado deberá planificar y asegurar la disposición de terrenos suficientes, se deberán imponer sus términos y no los de especuladores e inmobiliarias. Es imposible reconciliar los intereses del pueblo con los de los que buscan ganar a costa de subir el valor de los suelos o de construir viviendas sociales abaratando costos.
  3. Se deberán priorizar casas y poblaciones para el pueblo, antes que cualquier otra inversión lucrativa. Se deberá asegurar que se construyan las casas suficientes de acuerdo con la necesidad de vivienda. Por lo tanto, se deberá acabar la competencia entre personas y comités de vivienda por el acceso a subsidios, y por tanto con las definiciones burocráticas y antipopulares para focalizar recursos.
  4. El rol del Estado y los municipios será planificar la ciudad en base a los intereses populares, asegurando acceso y satisfacción plena de sus necesidades humanas, de todos los aspectos que permitan vivir bien en un espacio y entorno común.  Los nuevos proyectos habitacionales populares se deberán construir cercano a dónde están sus redes, con conectividad y accesibilidad, evitando que se profundice aún más la marginación.
  5. Las casas y las nuevas poblaciones se deberán construir bajo el principio de justicia y dignidad humana y no bajo los interes comerciales e inmobiliarios. Cada familia o persona tendrá un hogar en base a su necesidad. Las poblaciones contarán con áreas verdes y espacios de esparcimientos necesarios para promover la vida social. Contarán con infraestructura adecuada, luminarias, calles, alcantarillados en buen estado. Contarán además con conectividad y acceso a servicios públicos, como escuelas, centros de salud, espacios culturales, etc.
  6. Se deberá limitar fuertemente el negocio de los arriendos, controlando los precios y avanzando a que en un futuro cada familia y persona tenga su hogar, sin tener necesidad por tanto de alimentar el negocio inmobiliario y de arrendamientos.

NOVENO: Vecinos y vecinas, los sueños de hoy serán la realidad del mañana si nos organizamos y luchamos, si participamos más activamente en nuestros comités de vivienda, si los perfeccionamos día a día, si luchamos con dignidad, es decir poniendo en frente nuestros intereses y no los de la burocracia; si no nos dejamos pisotear, si presionamos y si planteamos con decisión y seriedad nuestras propuestas populares. Porque más temprano que tarde, con nuestra lucha incansable y los resultados que esta nos traerá, estamos seguros de que se cumplirá el principio básico de que cada poblador, de que cada familia pobladora, pueda tener una casa, un techo de calidad y pueda habitar dignamente en una población, sin mayores requisitos que ser un miembro de esta sociedad.

Camino a Rinconada, Maipú, Enero 2023