Declaración: No más basural ni soluciones “parche”. Los pobladores de Conchalí exigimos nuestro parque

Mayo
16
2023

Incluso la basura que se produce en las comunas del barrio alto, va a parar a nuestras comunas: antes, en el vertedero de Renca, y hoy, en la planta de tratamiento de basura en la comuna de Quilicura, entre otras. Y no podría ser de otra forma, si quienes deciden a dónde va a parar la basura de la ciudad no residen en comunas populares como las nuestras, sino en comunas acomodadas del sector oriente de la capital.

Como si esto fuera poco, los pobladores nos vemos obligados a convivir cotidianamente con un paisaje plagado de basurales informales e ilegales, que tienden a surgir en espacios que, según designios y promesas institucionales, debían ser áreas “verdes”, “recreativas” o “deportivas”, pero que, al quedar abandonados de mantención municipal, terminan convertidos en peladeros y basurales. En la comuna de Conchalí, este problema es evidente y hoy, ha alcanzado una dimensión escandalosa.

Durante muchos años, el bandejón ubicado entre la Autopista Vespucio Norte y Calle G (en el extremo norte de la comuna) ha quedado en completo abandono por parte de la administración municipal, dejando una franja que va desde la calle Juan Muñoz, al oriente, y calle Pedro Fontova, al poniente, convertida en un gigantesco peladero (sin equipamiento, sin vegetación, sin iluminación) que se ha prestado, durante los últimos ocho años, para ser uno de los botaderos ilegales de basura más grandes de la zona norte. De hecho, es muy frecuente ver por las noches, camiones llenos de escombros y basura, que ocultan su patente y llegan hasta aquí, desde distintas comunas de la ciudad, para deshacerse de sus desechos.

Este espacio goza de una ubicación privilegiada, razón por la cual distintas empresas y cadenas comerciales se han instalado en el sector (supermercado Tottus, COPEC, Ferretería Imperial) profitando de la gran conectividad del lugar para rentabilizar su negocio, pero haciendo caso omiso del basural que, a plena vista, ha crecido incesantemente. Y lo mismo sucede con la Concesionaria de la Autopista Vespucio Norte, que colinda directamente con el peladero, y cuya preocupación ha sido completamente nula respecto de este bandejón.

Al ser un problema que se prolonga durante casi una década, es de completo conocimiento de las autoridades respectivas, conocimiento que ha sido reforzado por las incontables gestiones que han realizado los vecinos, solicitando la respuesta municipal. En todas las oportunidades, dicha respuesta ha sido de una indiferencia vergonzosa.

Son muchas las autoridades que, en tiempo de campañas electorales, se han hecho presentes en el lugar: alcaldes, concejales, incluso el mismo Claudio Orrego, quien es hoy Gobernador de la Región Metropolitana. Todos han aparecido poniendo cara de preocupados y con todo el tiempo del mundo para sacarse un sinfín de fotografías posando junto a los pobladores, para luego publicar dichos registros en sus redes sociales y afiches de campaña. Una vez pasadas las votaciones, todas las promesas y compromisos hechos quedaron atrás. Como siempre sucede, su “honorable” presencia sólo sirvió para conseguir votos y traicionar una vez más las ilusiones y esperanzas populares.

Indignación y rabia es lo que sentimos, al ver a cuanta autoridad llenándose la boca hablando del “problema de la seguridad” frente a las cámaras de televisión, mientras en los hechos, sus palabras no valen nada y los pobladores debemos seguir viviendo rodeados de basura y plagas, frente a un espacio que, pudiendo ser una hermosa franja verde, no es más que una oscura franja de inseguridad para toda nuestra gente.

Por todo esto estamos aquí, movilizados, protestando.

Porque la indiferencia sistemática de las autoridades no nos ha dejado otra alternativa.

Porque sus promesas y declaraciones de buenas intenciones sólo han servido para engañarnos, una y otra vez.

Porque ya no estamos dispuestos a seguir esperando.

Porque sabemos bien que todo peladero se convierte en basurero, ya no aceptaremos soluciones “parches”.

Por todo esto, aquí estamos los pobladores de Conchalí, luchando para exigir nuestro parque.