Con la consigna “Porque el pueblo sólo gana cuando sale a luchar: lo justo es no votar”, se dio curso a una nueva Jornada de Protesta Popular, siguiendo el camino trazado hace ya unos meses para combatir las alzas e instalar las justas reivindicaciones populares frente a la indolencia e ineficiencia del gobierno.
La Jornada se inició el 31 de agosto en la mañana con la irrupción de pobladores sin techo en los municipios de Maipú y La Granja, quienes denunciaron que los alcaldes de Revolución Democrática y la Democracia Cristiana respectivamente, se negaban a dar pasos decisivos para apoyar la gestión de terrenos a favor de los pobladores. Los voceros de las organizaciones indicaron que mientras el gobierno promete planes de emergencia para resolver la grave crisis de allegamiento, en los hechos mantiene el mismo guion burocrático.
Al mismo tiempo, pobladores de Valparaíso y Viña del Mar bajaron al plan de la capital regional para concentrarse a las afueras de la gobernación de Valparaíso, denunciando las dificultades relacionadas con la locomoción colectiva en sus lugares de residencia, como también destacar las carencias en materia de salud, educación y vivienda que les aquejan.
Mientras tanto, en otras regiones, los estudiantes secundarios hicieron su aparición -bajo la consigna ¡Por condiciones dignas para estudiar, secundarios rebeldes a luchar!- mostrando su descontento por el rol de los servicios locales de educación y la JUNAEB, en la actual situación de crisis que vive la educación de los más pobres.
Durante la noche, pobladores de distintos puntos de las regiones de Santiago y Valparaíso hicieron sonar las cacerolas, marcharon por sus poblaciones y avenidas principales, y encendieron barricadas para demostrar que desde el fondo del pueblo existe una voz de justicia que se mantiene viva y dispuesta a luchar, a pesar de las maniobras y los desvíos que los poderosos intentan imponer bajo sus llamados a la normalización, la paz social y los acuerdos. Se visibilizaron con fuerza los lienzos y pancartas denunciando el fraude constitucional y las demandas populares de vivienda, salud, transporte, educación y seguridad.
Pero la demostración de rebeldía continúo el 1 de septiembre, donde a primera hora en la comuna popular de Pudahuel, diversas organizaciones, incluyendo la Fuerza Pobladora de Chile, coparon la avenida principal para denunciar las alzas y las precarias condiciones de vida; y, llamaron a continuar los procesos de organización y lucha, ante una clase política que buscará apagar cualquier atisbo de insolencia popular que ponga en aprieto sus planes de “normalización institucional”.
Durante la tarde de este mismo día, los estudiantes secundarios marcharon por las avenidas principales de Santiago y Valparaíso, bajo el marco del “mochilazo estudiantil” exigiendo una educación digna, denunciando la complicidad de los mercaderes de la educación, los municipios y el gobierno en la situación que tiene a colegios cayéndose a pedazos, sin clases y sin alimentación. Coronaron la jornada una serie de barricadas agitando las principales consignas de la convocatoria.
A menos de 3 días del plebiscito de sálida de un fracasado proceso constituyente, los pobladores y otros sectores del pueblo se han manifestado en las calles con decisión y claridad del camino a seguir. En cualquiera de los escenarios posibles, serán la organización y la lucha popular los elementos determinantes para generar verdaderos cambios que encaminen a los pobres de nuestro país hacia una vida digna. Y en este proceso, la movilización tendrá que confrontar a la antigua o la nueva institucionalidad de la misma forma, porque aunque existan nuevos “derechos de papel” (supuestamente asegurados) lo que primará en esta pelea será el choque de interes entre los ricos y los pobres, entre la elite político empresarial y el movimiento popular.
Y el principal instrumento que tienen los pobladores para preparar y conducir estos procesos de lucha presentes y futuros, es su organización. Siguiendo una tradición histórica, los pobladores sin casas organizan sus comités de vivienda para hacer frente al problema del allegamiento que los gobiernos de los últimos 30 años no han podido resolver. Los comités de salud, se constituyen para hacer frente a la precariedad e indignidad de consultorios y hospitales, y exigir mejoras reales para que el pueblo no tenga sólo como destino la enfermedad y la muerte. Las Juntas de Vecinos comienzan a reorganizar sus lógicas, instalándose como organizaciones populares al servicio de los pobladores y no de operadores de turno, movilizando por demandas como transporte, servicios de calidad, seguridad y tranquilidad para las familias trabajadoras. Se levantan organizaciones infantiles y juveniles para poner su protagonismo y sus luchas por sobre los falsos derechos asegurados y el asistencialismo social.
Acá se encuentra por tanto la base que permitirá enfrentar los desafíos futuros, donde la protesta popular resultará el medio y el método fundamental para hacer frente a las próximas maniobras de los poderosos, quienes luego del 4 de septiembre, nos hablarán de nuevos acuerdos y pactos históricos, para reescribir el texto constitucional o para iniciar un nuevo proceso bajo la tutela estricta del fraudulento parlamento y de expertos de última hora. El destino es un nuevo engaño a las esperanzas del pueblo que se volcará a votar este domingo, pero sabemos que más temprano que tarde, ese pueblo honesto que busca una vida mejor por otros medios, engrosará las jornadas y acciones de protestas futuras, que pondrán la dignidad humana, la justicia social y la igualdad, como los horizontes de las reales transformaciones, hechas desde el pueblo, con el pueblo y para el pueblo.