Declaración de la Fuerza Pobladora de Chile: Ante los resultados del Plebiscito Constituyente

Septiembre
05
2022

A nuestro pueblo que lucha con dignidad y valentía día a día

A nuestros vecinos y vecinas

A las organizaciones populares

La estrepitosa derrota del Apruebo no significa simplemente la derrota de una opción por sobre otra, es fundamentalmente el fracaso de la estrategia de los partidos de derecha, de centro y progresistas, es decir, de toda la clase política. El “Apruebo” era la opción lógica para toda la élite que impulsó el famoso “acuerdo por la paz y la nueva constitución”, el que debía generar un proceso validado popularmente, terminando con el broche de oro de una holgada aprobación del texto constituyente. Pero al poco andar el proceso se terminó transformando en un triste y decadente espectáculo, con un texto que fue un pegoteo incoherente de “derechos”, declaraciones de buenas intenciones, y profundización de un modelo de explotación y desigualdad.

Pero, la derrota del “Apruebo” y de la institucionalidad, no significa una derrota para el pueblo, porque la constituyente fue un espacio ajeno a nuestros intereses y aspiraciones de una vida digna. Fue un proceso diseñado por los dueños del país a espaldas del pueblo movilizado, en función de dar una respuesta para calmar el descontento, dar tranquilidad a las clases privilegiadas y enrumbar el camino para el ajuste del sistema (pero nunca para su cambio). Fue un mecanismo de los poderosos donde nuestras demandas fundamentales quedaron encerradas en falsos “derechos de papel” que no tocan en nada el poder de los ricos. Fue una nueva maniobra para dividir falsamente al pueblo, entre los que aprueban y los que rechazan, cuando lo que realmente busca nuestra gente es una vida mejor, es dignidad y justicia.

A su vez, debe quedar muy claro que el “Rechazo” tampoco es un triunfo popular. La expresión de la mayoría de nuestra gente fue de desinterés y desgano por el proceso constituyente y el plebiscito, sumándose a votar tironeado por la obligatoriedad y las amenazas de multas. Aunque la derecha con oportunismo intente sacar cuentas alegres, por más que el pueblo se haya volcado mayoritariamente por esta opción, no significa que haya validado una de las dos caras con que los poderosos se presentaron a esta contienda electoral.

En el fondo de esta opción electoral, se encuentra una vez más el descontento popular y el cansancio con la institucionalidad anti-pueblo, esta vez representada por la convención constitucional y la opción del “apruebo”. Este fue una respuesta al empobrecimiento y las pellejerías a la que han sometido al pueblo durante los últimos 2 años; fue una respuesta a la indiferencia del gobierno, a su política pro-empresarial, a las migajas que nos ofreció; a su política de miseria para los sin casa, para nuestros vecinos enfermos, para nuestras familias que viven en la inseguridad e incertidumbre, para nuestros hijos que pierden nuevamente su año escolar y que se alimentan de los restos que ofrece la JUNAEB. 

Pero, este “Rechazo” como un voto castigo no es una expresión de mayor conciencia popular y en ningún caso representa un avance para nuestra lucha como pobladores, porque también representa la otra alternativa de los poderosos en esta pasada y es una manifestación acotada, individual e institucional, dentro de los marcos que el sistema ofrece como participación al pueblo. El discurso que instaló el rechazo, y que con oportunismo buscó asociar con un supuesto sentido común popular, es contrario a nuestros principios, a nuestra política, y cualquier proyecto de transformación. Y este mismo resultado nos llama a redoblar la batalla de las ideas en cada población, para combatir las mentiras de toda la clase política, la que promete esperanzas sin cambiar nada y sin pasar a llevar el bolsillo de los ricos, y la que inunda con propaganda que profundiza la fragmentación, el individualismo, el consumismo y el conformismo con lo existente.

Por todo lo anterior, decimos firmemente que no ha fracasado el horizonte de transformación social, ni las aspiraciones de dignidad, igualdad y justicia social. Tampoco ha fracasado la opción de la lucha digna, honesta y consecuente, que sólo le rinde cuentas al propio pueblo. No ha sido derrotada la movilización popular, como único medio de arrancar a los dueños del poder y las riquezas avances reales para mejorar nuestras condiciones de vida. En Chile ha sido derrotada una vez más por los hechos, la ilusión de generar cambios por la vía institucional, de tener mejoras acordadas con los mismos que nos explotan, de avanzar de la mano con la misma clase política que nos impone un sistema de explotación y abuso.

Con este dilema despejado, la lucha de los pobladores lejos de cancelarse debe tener un nuevo impulso. En las nuevas condiciones debemos hacer frente a los nuevos acuerdos que está negociando la clase política (una vez más) a espaldas del pueblo; debemos denunciarlos con fuerza, atacarlos sin moderación. Esta vez no usarán los engaños de “convenciones y asambleas soberanas” y el agotado recurso de “los independientes”, sino que será directamente la casta de politiqueros y empresarios, que, con algún falso mecanismo de participación, terminarán el proceso que quedo trunco con el triunfo del “rechazo”.

Debemos llamar a este pueblo que se volcó a las urnas (algunos con ilusión, otros por obligación) a sumarse a esta lucha justa. Debemos retomar el camino de la protesta como el método fundamental de los pobres y los explotados. Debemos arrancar combativamente los verdaderos derechos del pueblo, que se fundan en la aspiración de una sociedad justa y humana, y no en la caricatura constitucional que sólo busca desviar el camino popular y revolucionario.

  • A fortalecer la organización poblacional, como real garantía de participación.
  • A trabajar con mayor intensidad por nuestras poblaciones ante el empobrecimiento y precariedad que nos impone el sistema.
  • A fortalecer el poder de nuestra gente, como forma de definir nuestro futuro sin intermediarios y con el protagonismo de los pobladores.
  • A luchar con dignidad, sin ceder ante los chantajes de los poderosos y los cantos de sirena de los falsos amigos del pueblo.
  • A impulsar la movilización por las demandas del pueblo, para alcanzar soluciones reales a nuestros problemas y para avanzar decididamente hacia la vida digna.
  • A confrontar con protesta popular, las nuevas maniobras de los poderosos.

Fuerza Pobladora de Chile
5 de septiembre de 2022