Un nuevo y al parecer último capítulo del proceso constituyente tenemos por delante y con ello otro llamado a votar, intento fallido de los políticos por engatusarnos con su camino de cambio constitucional que a estas alturas del partido no ilusiona ni a ellos mismos.
Lo que en su momento se planteó como la salida a la crisis política, fruto del acuerdo de todos los partidos para apaciguar la protesta popular de octubre del 2019, terminó siendo un pobre espectáculo protagonizado por los políticos de todos los colores que cambiaron las banderas del apruebo por las del “en contra” y viceversa, que suavizaron sus críticos discursos hacia la constitución del 80 para ahora terminar defendiéndola. Vueltas de chaquetas que solo expresan lo poco que está en disputa en este plebiscito.
No debemos olvidar que el proceso constituyente -en todas sus versiones durante los últimos cuatro años- es una jugada e iniciativa que surgió de ellos y nunca del pueblo, por tanto, no plantea en ningún caso una real disputa política o de intereses entre los poderosos que lo tienen todo y el pueblo que vive cada día peor. Porque mientras los partidos inventan discusiones para hacer como que pelean por la tele por detrás están profundamente de acuerdo con este modelo económico injusto para las mayorías, pero a la medida de sus privilegios.
La crisis institucional sigue intacta y este nuevo intento constituyente está lejos de resolverla, muy por el contrario, solo ha acrecentado la distancia entre el pueblo y la institucionalidad de los ricos tras los escándalos de corrupción de los partidos y sus fundaciones mientras crecen los problemas en las poblaciones. En este contexto, la multa con la que movilizan a la gente a las urnas es una cachetada a la dignidad de los pobladores y muestra la indolencia de los políticos con la realidad popular.
Porque este proceso nunca ha sido del pueblo y porque la institucionalidad y sus leyes jamás han sido el camino para resolver los problemas reales, ni expresar el protagonismo y participación popular, es que nuevamente nuestro llamado consecuente es a no votar, ni validar la farsa constituyente.
Porque votar solo ha servido para legitimar las mentiras y promesas de los politiqueros gobierno tras gobierno, hacemos un llamado a los pobladores y al pueblo en general a no caer en esta nuevo engaño.
La Fuerza Pobladora de Chile NO VOTA y responde con un claro y fuerte llamado:
De rebeldía popular ante la obligatoriedad de votar en un proceso que nunca pedimos y que jamás estuvo pensado para resolver los problemas de los pobladores.
De denuncia decidida antes los partidos y el gobierno de Boric que ante el empeoramiento de nuestras condiciones de vida inventan leyes para seguir haciendo crecer la fortuna de empresarios en nombre de “reactivar la economía”.
De lucha y organización popular, que son los caminos que abren cambios concretos y reales para nuestra gente y que permiten desarrollar toda nuestra capacidad y fuerza como pobladores.
Rebeldía, denuncia, lucha y organización, tareas ineludibles para construir una verdadera alternativa popular que nos permita tumbar el actual escenario de engaños y miserias para nuestra gente y dar un paso firme y decidido hacia la conquista de la vida digna que nos merecemos.
Fuerza Pobladora de Chile
Diciembre de 2023